viernes, 13 de abril de 2012

Congreso Internacional de la Felicidad

El lunes 9, primer día después de la Semana Santa, me desayuné periodísticamente con la noticia siguiente: Hoy da inicio el II Congreso Internacional de la Felicidad en los Teatros del Canal. Hasta aquí el titular.

Confieso que así, de modo inmediato, me dió un vuelco el corazón: ¡ay, la felicidad!. Al poco, me entró  una imperiosa curiosidad; tenía que saber, tenía que enterarme de qué iba la cosa; al fín y al cabo, todos sabemos que esto de la felicidad es como una zanahoria, quiero decir que siempre vas corriendo en pos de ella y... También es verdad que, casi al tiempo, me puse un tanto en guardia; no sé, no sé, esto de un Congreso de la Felicidad!. ¿Habrá que ser auténticamente feliz para participar?. ¿Y si los participantes no llevan camisa, como en el viejo cuento?. En cualquier caso me dispuse de inmediato a leer el artículo para enterarme de los pormenores del Congreso que paso a contarles sin ánimo exhaustivo.

¡Llega el II Congreso Internacional de la Felicidad de Coca-Cola!

Así empieza la cosa. He "copiado y pegado" ut supra (el latinismo no lo pongo para fardar sino para compensar la vergüenza ajena que me invadió cuando lo vi). El Congreso, internacional él, segundo él, tiene lugar en Madrid por segunda vez. Ya esto me fastidió un tanto porque me pareció un poco cutre la internacionalidad repetida en el mismo país y en la misma ciudad; ¡caray, si en el siglo XIX hasta los congresos de la Internacional Socialista se hacían en ciudades distintas!. Pero ¡pelillos a la mar! y sigo leyendo. Vamos a ver quién organiza el evento:

¡El Instituto Coca-Cola de la Felicidad!
nada  más y nada menos; mi corazón se resiente y noto que las pulsaciones se me disparan. Tengo que averiguar de inmediato qué es este Instituto, buso su web y me encuentro lo siguiente:

"El Instituto Coca-Cola de la Felicidad es una iniciativa creada por Coca-Cola. Nació en 1997 cuando los españoles declararon en un estudio independiente que Coca-Cola era la marca que más asociaban a la felicidad. Desde entonces Coca-Cola ha movilizado su capacidad para reunir a los más destacados expertos en felicidad y transmitir todo su conocimiento entre los ciudadanos, con la ambición de poder contribuir para crear una sociedad mejor."
Sigo leyendo: el programa del Congreso consiste en dos mesas redondas dirigidas por los destacados expertos en felicidad; día 9: "La felicidad en los medios"; día 10: "Invertir (sic!) en felicidad".

Por cierto, la entrada para participar en esta bacanal de felicidad costaba 40 euritos de nada. Además, unas señoritas ataviadas en rojo (que es el color corporativo de la empresa patrocinadora) daban a los participantes, según iban entrando, una botella de Coca-Cola (obvio) con una flor roja (también corporativa); eso sí: la botella ¡vacía! (ver foto).

Al día siguiente, martes, pude leer una entrevista que hacen a un tal Matthieu Ricard, al que de modo taxativo se le reconoce como el hombre más feliz del mundo y que, suponemos, es el más experto de los destacados expertos.

Como, aparte del valor, se les supone a ustedes la inteligencia, les ahorro los comentarios.

¡La chispa de la vida!.





viernes, 6 de abril de 2012

Procesiones


Friso del Partenón

 Sin lugar a duda, si a un residente en España le preguntamos qué es lo más característico de la Semana Santa contestará que las procesiones. Están por doquier del territorio nacional, están en los informativos de la mañana, mediodía y noche, incluso están en las redes sociales como trend topic. España esta semana es una procesión, hasta el punto de que los espíritus fuertes necesitan hacer su propia procesión atea que es algo así como querer hacer una tortilla sin romper huevos.

Las procesiones son probablemente tan antiguas como las religiones, entendidas como conjunto de creencias y prácticas rituales de grupos de personas y tenemos constancia de ello desde la más remota antigüedad. En un maravilloso trozo del friso del Partenón, que como todos ustedes saben está en el British en lugar de en algún museo de Grecia, podemos contemplar las encantadoras figuras que representan la procesión de las panateneas, la más importante festividad religiosa de la Grecia Clásica.

Pero vamos a “las nuestras”, las que tenemos alrededor; veamos cual es su historia y significado. Se equivocaría quien pensara que la clerecía se confundiera con el pueblo desde su posición dominante en el Imperio a raíz del Edicto de Tesalónica otorgado por Teodosio en el 380. El clero constituyó durante muchos siglos una casta apegada al poder político mucho más atenta a conservar y ampliar sus privilegios que a la tarea de apacentar su rebaño. Quizá precisamente por eso, porque el pueblo ignorante, analfabeto y embrutecido eran ovejas que se dejaban llevar sin muchos problemas y a la descarriada no se la iba a buscar y se la traía amorosamente en brazos como hace el Buen Pastor; se la mataba y, a ser posible, con una muerte pública y cruel.

Las cosas cambian en la Baja Edad Media. En los siglos XIV y XV, la aparición y difusión de las órdenes mendicantes supuso un cambio en la vivencia religiosa de los fieles, pues estas órdenes pretendían un acercamiento de lo sagrado al pueblo, y el adoctrinamiento y enseñanza de éste en los misterios de la fe.

Y aún más tarde, a raíz de la Reforma y el Concilio de Trento es cuando las procesiones adquieren una enorme importancia, cuando la Iglesia Romana ve en este tipo de actos un poderoso instrumento de evangelización y persuasión, en un marco donde el impacto visual de la imagen era más efectivo que la simple lectura de relatos bíblicos. En España surje una escultura tremendamente realista, cuyas señas de identidad son la talla completa, el dolor expresado con abundancia de sangre, un profundo dinamismo, la caricaturización de los personajes malvados, el intenso modelado y unos rostros con fuerte expresividad. Por alguna misteriosa razón el Barroco se convierte en el arte español por excelencia, tan español como la Fiesta de los Toros o Pablo Ruiz Picasso.

La necesidad de manifestar públicamente estas adhesiones religiosas conduce inexorablemente a las procesiones en las que el sentimiento religioso y la emotividad, invade fácilmente los corazones de quienes en ellas participan rodeados por un extraordinario conjunto de figuras, luces, músicas, cánticos, colores y hasta olores.

Esta es nuestra España. Bien que no estaríamos en el siglo XXI si no uniéramos todo esto a un cierto sentido mercantil entendido como lo que se ha venido en llamar, desde que lo descubriera don Manuel Fraga (q.e.p.d.), interés turístico. Las procesiones de doce ciudades españolas están declaradas de Interés Turístico Internacional y actualmente está en tramitación su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Mi consejo: déjense ustedes de intentar racionalizar mucho todas estas cosas, olvídense de esto que han leído (si hasta aquí ha llegado el sufrido lector) y sumérjanse en las procesiones que tengan ustedes más a mano. Mejor si son las de su pueblo o ciudad natal.

NOTA: Un seguidor tan versado en el arte de escribir como por mí querido, me advierte que en la entrada de hoy he copiado algún trozo de Wikipedia. Así es y lo digo sin rebozo. Mi blog no pretende ser ciento por ciento original en sus textos. Pretende ser original, en la medida de mis posibilidades, en la corta reflexión sobre las cosas que nos rodean. No obstante, para evitar malos entendidos entrecomillaré en adelante los párrafos que no sean originales míos citando su autor o procedencia.


viernes, 30 de marzo de 2012

Cosas de curas


A la izquierda: el Cardenal Arzobispo de Madrid, don Antº Mª Rouco Varela (Villalba, 1936) en su visita pastoral al poblado chabolista conocido como El Gallinero el pasado miércoles, dia 7. Va revestido con casulla verde y solideo. Se dió un buen paseo departiendo con la gente y preguntado un niño quién era Jesús, respondióle: "El hijo de la Lucía". Inmediatamente dió orden a sus acólitos de que se iniciara un proceso urgente de evangelización en el poblado.

Nos cuenta Jesús Bastante en la web Religión Digital que Rouco instó a los sacerdotes que por allí ofician a traer obleas en lugar de los trozos de pan que habían preparado y que son los que normalmente se utilizan en estas misas. El cardenal tampoco aceptó un báculo de madera que una niña quiso ofrecerle como presente. Alguien se quejaba de que en su homilía Rouco no hablara sobre la marginación, la pobreza y la implicación del cristiano por una sociedad más justa.

A la derecha: el sacerdote Ángel García Rodríguez (Mieres, 1937), fundador de Mensajeros de la Paz, premio Príncipe de Asturias de La Concordia 1994, más conocido como el Padre Ángel. La fotografía corresponde a un reportaje de Ángel de Antonio publicado en el diario ABC, en el que se nos informa acerca de la creación de un comedor para niños con pocos recursos, precisamente el pasado miércoles, día 7.
El comedor se construyó en la misma sede de la Organización y para ello se tiraron tabiques y eliminaron despachos, entre otros el del propio Padre Ángel.

Es curioso que dos personas de la misma edad, la misma religión y dedicación puedan entender ésta de modos tan distintos.

En cualquier caso, yo me quedo con la sonrisa del Padre Ángel dando de comer al hambriento.








"No estamos educados para aceptar la vejez"

El título de la entrada está entrecomillado. Lo hago porque es la entradilla de la entrevista a Issabella Rosselini que aparece en el diario EL MUNDO de hoy, 29 de marzo. Obviamente, la frase es suya.

Hija del cineasta Roberto Rossellini y de la actriz Ingrid Bergman, nació en Roma en 1952. Cumple, por tanto, sesenta años y se ha atrevido a rodar la película 3 veces 20 de próximo estreno en España, una fábula dirigida por Julie Gavras sobre, precisamente, la vejez. Sin complejos, sin miedos, sin alardes, la modelo, actriz y ahora también directora no tiene reparo en declararse, a sus casi 60 años, oficialmente vieja. Que no cansada.

                                                               ¡Bien por Issabella! 

Probablemente una de las mujeres más bellas y fotogénicas del cine de todas las épocas, podemos verla y admirarla con veinte años y con sesenta en las fotografías que ilustran el blog de hoy. Pero más admirable me parece a mí la manera que tiene de llevar sus años y declararse vieja en un mundo y una época en la que la vejez está tan poco considerada que hemos tenido que recurrir a la perífrasis de la Tercera Edad, denominación tan cursi como carente de rigor. Para la Organización Mundial de la Salud la vejez comienza a los sesenta y cinco años y se llega a ella después de unas cuantas etapas que no mencionaré por no aburrirles.

 Ni tampoco nos vamos a aburrir hablando de las implicaciones sociológicas de lo que hoy representa el sustantivo joven, aplicado como adjetivo (que también lo es) a cuanta cosa queremos ponderar sea lo que sea y, si no lo es tanto, pues le damos una manita de fotoshop y ¡hala, a vender, que es de lo que se trata!.

Issabella está muy equivocada; no es vieja, es simplemente mayor. Luego viene ser viejo y quizá, aún más tarde, anciano. Esperamos llegar a ello y que esta mujer lo haga con salud.



viernes, 23 de marzo de 2012

Buscando una respuesta


El teólogo estadounidense William Hamilton ha fallecido el pasado día 13 en Portland (Oregón). Él fue quien en la hiper-religiosa América y nada menos que en 1966 se atrevió a plantear en su obra La nueva esencia del cristianismo: ¿ha muerto Dios?. La cosa, claro está, mereció la portada del TIMES como podemos ver.

La pregunta, hoy, no es en absoluto ociosa; al contrario, deviene muy pertinente para que podamos reflexionar sobre cosas que están pasando en nuestro mundo de hoy, aunque haya precedentes. Debió serlo también en la segunda mitad del siglo XIX tras los terribles vaivenes que significaron, para Europa y América la Ilustración, la Revolución Francesa, las guerras napoleónicas, los nacionalismos exacerbados por el romanticismo dominante y tantas otras cosas que se podrían traer a colación. Es, quizá, la primera vez en la historia que una sociedad se cuestiona de modo riguroso los fundamentos de la moral que rige sus comportamientos.

A modo de ejemplo: a) en 1862 aparece la primera edición de Padre e Hijos de Iván Turguenev, novela en la que los protagonistas, los hijos, son la encarnación del nihilismo, personas que no se inclinan ante ninguna autoridad, que no aceptan ningún principio como artículo de fe; b) en 1882 Friedrich Nietsche decreta en su célebre ensayo La Gaya Ciencia la muerte de Dios.
Toulose: llanto de una madre

En realidad, lo que se vive en esa época es lo que había expresado, casi dos mil años antes, la arquitectura sobrecogedora del Panteón de Agripa, el yerno del emperador Augusto. Dedicado a todos los dioses del Imperio (pan-theos) se diseña en forma circular para que ninguno de ellos tuviera preeminencia. Y ahí está la cuestión: en el mismo momento en que todos los dioses son iguales (pensamiento posmodernista avant la lettre) la moral, las costumbres, las leyes, dejan de tener el fundamento inobjetable de la divinidad.

La primera mitad del siglo XX vivió la eclosión de sociedades fundamentadas en morales totalitarias ajenas a la trascendencia religiosa, ya sea la Nación, ya la Dictadura del Proletariado. Hemos podido comprobar en la carne de nuestros padres el resultado de este intento. En la segunda mitad del XX, como la cosa totalitaria se había demostrado mal camino, la inteligentsia vino en afirmar que todo vale, todo es lo mismo, too er mundo e güeno (permítaseme el casticismo), todo merece un respeto (que se lo pregunten a D. Gustavo Bueno!) y demás zarandajas y estupideces posmodernistas.

Hoy, en el mundo globalizado que nos ha tocado en suerte, estamos un tanto despistados y, a más globalización, mayor despiste. ¿Sería posible en el siglo XXI vislumbrar siquiera una moralidad (ergo costumbres, ergo cuerpos legislativos) valedera universalmente y fundamentada en una autoridad trascendente?. Pues no, obviamente NO. ¿Por suerte?, ¿por desgracia?.

Después de la tragedia de Toulouse he pensado en todo esto. Y me acongoja. Siento haceros partícipes de ello.

viernes, 16 de marzo de 2012

Día del Padre


A la izquierda: San José y el niño de Bartolomé Esteban Murillo.

A lo largo de toda mi infancia y hasta bien entrada la juventud, el día 19 de marzo era un día de especialísima celebración; se diría que un día mágico por cuanto, no se sabe cómo, aparecían tartas por doquier que hacían la felicidad de los ocho hermanos que éramos.

¿Qué celebrábamos?: no el Día del Padre sino el día de mi padre que se llamaba José. Aquella acumulación de tartas obedecía, aunque de pequeñín no lo supiera, a la arraigada costumbre (entonces) de que los clientes hicieran regalos a sus abogados, cosa que era mi padre y no malo. Por otra parte, imagino que para él no tendría más ni mejor sentido celebrar un Día del Padre, cosa de reciente invención. En efecto, la fiesta se celebró por primera vez en España el 19 de marzo de 1948, el año que yo nací, por cierto. Manuela Vicente Ferrero, ¨Nely", era maestra de la Escuela del Barrio de Belmonte, en Madrid. Manuela decidió celebrar por primera vez en su escuela una jornada festiva con la que agasajar a los padres de sus alumnas a petición expresa de algunos de ellos que estaban "celosos" de la celebración del Día de la Madre . Aquella primera jornada en honor de los padres, incluía: misa, entrega de obsequios elaborados manualmente por las niñas y un festival infantil con poesías, bailes y teatro. Sus convicciones religiosas la llevaron a pensar en la idoneidad de elegir la fecha de la onomástica de San José, considerándole modelo de padres y cabeza de la familia cristiana.


 En todo caso, la idea de Manuela tuvo como gran valedor al entonces director gerente de Galerías Preciados, Pepín Fernández, quién en 1953 propagó la idea con una campaña en prensa y radio. Más tarde se sumó su gran competidor, Ramón Areces, por entonces director gerente de El Corte Inglés. España entraba en la modernidad sin ni siquiera haber pasado por el Plan de Estabilización que vendría seis años más tarde de la mano de Laureano López Rodó.


Además, en aquella época había cosas que estaban claras para todos y, aunque Padre se podía decir de no pocas cosas (i.e.: Padre de la Patria, Padre espiritual, etc.) todas ellas lo eran en sentido figurado del esencial: "varón que ha engendrado" como todavía podemos leer en el DRAE. Para engendrar se necesitaba una mujer (aunque no necesariamente la propia) que ponía una parte importante en la gestación y alumbramiento de las criaturas. Pero, ¡ay, amigo, que lejos estábamos de pensar siquiera que eso fuera una gran incorrección!.
Tendrían que pasar la friolera de cincuenta y siete años para que de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero se aprobara por Ley el matrimonio homosexual y el derecho de éste a la adopción. En cuanto al primero, expresión perfecta de la figura retórica conocida como pleonasmo, imagino los esfuerzos mentales del entonces ministro de Justicia, López Aguilar, para salir airosamente de las dificultades que tendría para adaptar el lenguaje (¿jerga?) burocrático a este adelanto civilizatorio. Así, por ejemplo, resulta que en los Libros de Familia que daban en el registro Civil ponía: MARIDO-MUJER. Pero como Dios ayuda a los buenos cuando son más que los malos, el Espíritu Santo iluminó a algún probo funcionario y se decidió poner, en lugar de la antítesis dicha, la cosa "Cónyuge A" y "Cónyuge B". Perdóneme el lector que utilice palabra tan genérica y poco precisa como "cosa", pero no se me ocurre otra mejor porque el Espíritu Santo se nos ha ido de puente.

En fín, el lunes 19, onomástica de San José, creo que celebraré el santo de mi padre, que en Gloria esté, porque lo de celebrar el Día del Progenitor B no me apetece nada.


 
NOTA: la fotografía de abajo y a la derecha la he obtenido en la Red y se corresponde con la de un matrimonio homoparental con su hijo adptado. Espero sinceramente no vulnerar con su utilización el derecho a la intimidad de las personas.




jueves, 1 de marzo de 2012

Si vis cenâre para bomba



  Foto a la izquierda: niño cuyo nombre, por supuesto, ignoramos. No así su nacionalidad: Etiopía. 82 millones de habitantes y decenas de millones de ellos niños malnutridos o, simplemente, muertos de hambre en vida (si así es que podemos llamarla).

Foto a la derecha: un gordito sonriente del que, además, sabemos el nombre: Kim Jong-un. También sabemos su nacionalidad: Corea del Norte y también sabemos que es el Presidente de ese país de 24 millones de habitantes. Padece el país, claro, no su Presidente, una hambruna crónica desde 1990 fecha en que la URSS dejó de suministrarle alimentos.



Diario "EL PAIS" de 1 de marzo: Estados Unidos de América enviará 240.000 toneladas de alimentos al régimen norcoreano.

Bien, está muy bien dar de comer al hambriento (obra de misericordia, por cierto); pero el problema es que, a pesar de toda la riqueza que tiene el amigo americano, ayuda a unos sí y a otros no. Vaya problemón para el que tiene que decidir, pensaríamos los un poco ingenuos o poco avisados. Pues no, no debe de ser un gran problema, porque en la misma noticia podemos leer que, a cambio de esa ingente cantidad de alimentos, Corea del Norte paraliza su plan nuclear.

Moraleja: si quieres comer tienes que tener la bomba atómica (o casi). Beati possidentes (para los de la LOGSE: "felices los que poseen"). Así es la cosa.