El lunes 9, primer día después de la Semana Santa, me desayuné periodísticamente con la noticia siguiente: Hoy da inicio el II Congreso Internacional de la Felicidad en los Teatros del Canal. Hasta aquí el titular.
Confieso que así, de modo inmediato, me dió un vuelco el corazón: ¡ay, la felicidad!. Al poco, me entró una imperiosa curiosidad; tenía que saber, tenía que enterarme de qué iba la cosa; al fín y al cabo, todos sabemos que esto de la felicidad es como una zanahoria, quiero decir que siempre vas corriendo en pos de ella y... También es verdad que, casi al tiempo, me puse un tanto en guardia; no sé, no sé, esto de un Congreso de la Felicidad!. ¿Habrá que ser auténticamente feliz para participar?. ¿Y si los participantes no llevan camisa, como en el viejo cuento?. En cualquier caso me dispuse de inmediato a leer el artículo para enterarme de los pormenores del Congreso que paso a contarles sin ánimo exhaustivo.
¡Llega el II Congreso Internacional de la Felicidad de Coca-Cola!
Así empieza la cosa. He "copiado y pegado" ut supra (el latinismo no lo pongo para fardar sino para compensar la vergüenza ajena que me invadió cuando lo vi). El Congreso, internacional él, segundo él, tiene lugar en Madrid por segunda vez. Ya esto me fastidió un tanto porque me pareció un poco cutre la internacionalidad repetida en el mismo país y en la misma ciudad; ¡caray, si en el siglo XIX hasta los congresos de la Internacional Socialista se hacían en ciudades distintas!. Pero ¡pelillos a la mar! y sigo leyendo. Vamos a ver quién organiza el evento:
¡El Instituto Coca-Cola de la Felicidad!
nada más y nada menos; mi corazón se resiente y noto que las pulsaciones se me disparan. Tengo que averiguar de inmediato qué es este Instituto, buso su web y me encuentro lo siguiente:
"El Instituto Coca-Cola de la Felicidad es una iniciativa creada por Coca-Cola. Nació en 1997 cuando los españoles declararon en un estudio independiente que Coca-Cola era la marca que más asociaban a la felicidad. Desde entonces Coca-Cola ha movilizado su capacidad para reunir a los más destacados expertos en felicidad y transmitir todo su conocimiento entre los ciudadanos, con la ambición de poder contribuir para crear una sociedad mejor."
Sigo leyendo: el programa del Congreso consiste en dos mesas redondas dirigidas por los destacados expertos en felicidad; día 9: "La felicidad en los medios"; día 10: "Invertir (sic!) en felicidad".
Por cierto, la entrada para participar en esta bacanal de felicidad costaba 40 euritos de nada. Además, unas señoritas ataviadas en rojo (que es el color corporativo de la empresa patrocinadora) daban a los participantes, según iban entrando, una botella de Coca-Cola (obvio) con una flor roja (también corporativa); eso sí: la botella ¡vacía! (ver foto).
Al día siguiente, martes, pude leer una entrevista que hacen a un tal Matthieu Ricard, al que de modo taxativo se le reconoce como el hombre más feliz del mundo y que, suponemos, es el más experto de los destacados expertos.
Como, aparte del valor, se les supone a ustedes la inteligencia, les ahorro los comentarios.
¡La chispa de la vida!.
Don´t worry, be happy
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=yHFDa9efCQU
Digo que a mi no me gusta la Coca Cola y soy basstante feliz, con perdon....
ResponderEliminarHombre, tampoco hay que tomárselo en serio, es una campaña de la chispa de la vida, muy sutil por cierto, y a la gente le gusta escuchar estas cosas.
ResponderEliminarEs cierto que Coca-Cola se asocia a la felicidad, la familia, la amistad, los buenos momentos de la vida... ¡¡Ojalá mi empresa estuviera asociada a estas cosas también!!
Charly