Imagen de la izquierda: un "bonito del norte". Simpático y humilde pez que, proviniente de la islas Azores, se captura con anzuelo con cebo vivo desde el Atlántico gallego al Cantábrico vasco y desde mayo a octubre. Pesa en torno a 4 Kg. y su carne, de color blanco, suave y delicada, resulta muy sabrosa para nuestro consumo.
¿Recuerda, lector amable, la película de Robert Zemeckis "Forrest Gump"?. Seguro que sí; como también recordará que el amigo de Forrest, Bubba, conocía centenares de formas de preparar las gambas, cosa que ambos aprovecharán con el tiempo para hacer un magnífico negocio.
Pues con el Bonito del Norte viene a pasar lo mismo, solo que sin guerra del Vietnam. Fresco, congelado, en conserva, en salazón o ahumado, su apreciada carne sirve igual para relleno de una humilde empanada en Corcubión que para el lujo de una ventresca al horno en Guetaria; desde un clásico marmitako a un exótico ceviche. Vaya usted a un buscador de internet para encontrar recetas de cocina con bonito y las encontrará a cientos y a cual más prometedora.
Pero ¡ay!, no podíamos en este caso, como en tantos otros, dejar de caer en las falsificaciones. Darnos un simple atún blanco como bonito del norte es dar gato por liebre. Su carne es más oscura, de color rosáceo, más blanda también y tiende a deshacerse porque suele estar mal descongelado. Pero, en fín, también resulta muy aprovechable, pues ya se sabe que si no hay pan, buenas son tortas.
Otra cosa es lo que vemos en la imagen de la derecha: subasta de un atún rojo en Japón. Concretamente, este que vemos pesó 269 Kg. y se vendió por 570.000 euros de nada; ¡como lo oyen!. Difícilmente se cocinará porque su destino será ser comido crudo convertido en exquisitos sushies o en apreciadísimos sashimis. Su carne de color rojo oscuro, firme y aromática ha sido de siempre muy apreciada en la cocina española, bastante antes de este furor oriental.
La cuestión es que hay muchos japoneses muy dispuestos a gastar sus dineros en esta suculencia y ahora ya no bastan las clásicas almadrabas de nuestros pescadores de Zahara de los Atunes o de Barbate. Ahora los crían en "granjas" de engorde, metidos en jaulas y alimentados artificialmente, incluso con pescado congelado.
Bueno, querido lector, haga usted lo que quiera con su dinero. Puede hacerse usted unas empanadillas de bonito en conserva o un "tartar" de atún rojo, pero no deje pasar el verano sin un buen marmitako.
¡Que aproveche!
Otra cosa es lo que vemos en la imagen de la derecha: subasta de un atún rojo en Japón. Concretamente, este que vemos pesó 269 Kg. y se vendió por 570.000 euros de nada; ¡como lo oyen!. Difícilmente se cocinará porque su destino será ser comido crudo convertido en exquisitos sushies o en apreciadísimos sashimis. Su carne de color rojo oscuro, firme y aromática ha sido de siempre muy apreciada en la cocina española, bastante antes de este furor oriental.
La cuestión es que hay muchos japoneses muy dispuestos a gastar sus dineros en esta suculencia y ahora ya no bastan las clásicas almadrabas de nuestros pescadores de Zahara de los Atunes o de Barbate. Ahora los crían en "granjas" de engorde, metidos en jaulas y alimentados artificialmente, incluso con pescado congelado.
Bueno, querido lector, haga usted lo que quiera con su dinero. Puede hacerse usted unas empanadillas de bonito en conserva o un "tartar" de atún rojo, pero no deje pasar el verano sin un buen marmitako.
¡Que aproveche!