A la izquierda: Thylane Lena-Rose Blondeau, de diez años de edad, posando para la revista Vogue en su número de enero de 2011. Como casi todo el mundo sabe, esta es una revista mensual estadounidense de moda y estilo de vida que se edita en diecinueve países.
En este número de la revista una serie de niñas se disfrazaban de mayores con ropa, maquillaje, joyas, y posaban con posturas que podríamos calificar de sensuales sin temor a ser calificados de pacatos. Como consecuencia de las críticas, la editora de la edición francesa de la publicación, Carine Roitfeld, dejó el cargo inmediatamente y a partir de junio próximo, los editores de las 19 ediciones internacionales de Vogue han decidido dejar de usar modelos menores de 16 años o aquellas maniquíes que, desde su punto de vista, parezcan tener desórdenes alimenticios, una manera suave de denominar la anorexia.
He puesto antes en negrita lo de "estilo de vida" porque me parece muy significativo. Vivimos en un mundo que ha hecho de la juventud y del "cuerpo 10" un referente obsesivo para toda la sociedad. Está claro que, una vez más, hemos fracasado. La adoración a la juventud, sin ningún otro fin más que la juventud en sí misma, conduce a aberraciones como la del Vogue (las hay mucho peores, claro, pero tampoco se trata de amargarnos el día).
Y, en cuanto al "cuerpo 10", una de dos: o bien el estilo de vida que retrata el Vogue se refiere al estilo de vida de los marcianos, o bien su cruzada en favor de una vida sana no tiene el más mínimo éxito. Mas bien, en los Estados Unidos de Norteamérca, donde hay centros de fitness por doquier y todos ellos abarrotados de gente sudorosa con toalla al cuello, tienen un estilo de vida y un régimen alimenticio enormemente insanos que han llevado a una sociedad en la que la obesidad afecta a la mayoría de la población, más del 60%, según la FAO.
A la derecha: niños comiendo en una conocida cadena americana de restaurantes.
El mundo de Vogue y de cualquier revista de moda, incluido el dominical de El Pais, por ejemplo, es una M. Simplemente reflejan como los mercados de "personas" manipulan, chantajean, imponen condiciones que considero absolutamente inhumanas.
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